Publicado en el libro Igualmente libres. Tahiel ediciones. Año 2019.
La
brisa sacude sus rizos de fuego,
incandescentes,
abrasadores.
Sus
ojos se mantienen velando
con
su tono a cielo,
distendidos.
Su
cuerpo disfruta la ventisca,
camina
por la costa,
luce
su naturaleza “desvergonzada”,
libre.
Transmite
su frescura y belleza,
su
paz, su afecto,
todo
en ella es pureza.
Me mira, me ama, me sonríe.
Somos
nuestras y del mundo,
somos
sororas.
Y
aun preguntan
cómo
puedo amarla
siendo
yo mujer.
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