Carta de una persona con TOC a un “No-TOC” (epístola)




Publicado en la edición especial "Locura" de la revista La masa literaria de México. Año 2019.

Disponible en: https://lamasaliteraria.com/


A quién me esté leyendo:
Me llamo Aren y tengo Trastorno Obsesivo Compulsivo, ese problema en mi vida que todos creen tener cuando se tildan de ansiosos o depresivos, sin nunca haber ido a un psiquiatra o psicólogo.
“Tengo un TOC”, dice una compañera de clase mientras se coloca alcohol en gel para higienizar sus manos. “Todos tenemos un TOC” dice una profesora de psicología en clase. “No hay quien no tenga un TOC”, dice mi abuelo porque revisó dos veces si la llave de gas estaba apagada. Y en las redes sociales existen páginas dedicadas al humor de “TOCs”, como también hay quienes crearon personajes “graciosos” en obras de teatro o películas, personajes obsesivos con la limpieza y el orden, que provocan risas y también carcajadas de quienes no entienden de qué se trata.
Yo tengo TOC, el que es real, no el que todos quieren tener. Me despierto cada mañana pensando que alguien va a morir, o se va a incendiar la casa, o me voy a enfermar si no me levanto con el pie derecho pisando el borde de la cama, moviendo la manta hacia el lado izquierdo, caminando en reversa y cerrando la puerta, para luego decir la frase “ahora comemos”, ir a la cocina, prepararme el desayuno cortando primero con la punta del cuchillo y luego con el resto, comiendo la tostada primero en los bordes y luego en el resto del pan, colocando la taza de té justo en la esquina derecha, no sin antes haberme lavado las manos, y también después, para luego dirigirme a clases (no sin antes revisar tres veces si tengo las llaves, tres veces si llevo mi documento, tres veces si llevo el celular, la tarjeta, los cuadernos, los libros, la cartuchera y todos esos elementos molestos). Vuelvo a casa y como, no sin antes haberme lavado las manos y ya pensando que tengo que lavármelas después…, y así son mis días todos los días, todas las semanas, todos los meses, minutos y segundos; y eso que solo he vivido 21 años, 259 meses, 1128 semanas, 7896 días, 189480 horas y 11368848 minutos…
Mis consecuencias son físicas y mentales: estoy ansioso todo el tiempo, a veces padezco una gran angustia, me duelen las manos porque están desbordadas de llagas y cáscaras por el detergente y el jabón, pierdo mucho tiempo realizando todas mis compulsiones y llego tarde a todos lados (lo que me incita a sentirme aún más ansioso). Llevo mi alcohol en gel al trabajo, al profesorado o a dónde vaya y me higienizo a cada rato, provocándome ardor, y hay quienes se burlan y no les puedo decir que tengo TOC porque van a creer que también lo tienen. Los medicamentos me dan sueño, mucho sueño: media pastilla de sertralina por la mañana y una entera de clonazepam por la noche. Y por sobre todas las cosas: nunca puedo detener la señal que me incita al número tres, que odia el número cuatro, y que me provoca a lavarme las manos, porque cada vez que cumplo sus deseos, siento paz, siento placer.
Así que, por favor: comprende amigo No-TOC que no tienes este trastorno, eres una persona higiénica, prolija y ordenada, pero normal y libre de ansiedad y enfermedades mentales.
Un beso grande,
Tu amigo con TOC.



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